En este "Mes de la Patria inventada por los Libros de Texto Gratuitos", deseo hacer un breve paréntesis para hablar de nuestra comicidad innata, a la cuál también podríamos llamar "Carácter Nacional". Antes de que empiece, dejenme aclaro, amo a México y también ser mexicano, y no lo cambiaría por otra nacionalidad. Por lo mismo no me gusta hacerme pendejo frente a la parte menos amable de nuestra forma de ser, pretendiendo que somos mejores

Los mexicanos somos muy graciosos, algunos ejemplos de comicidad natural (estos ejemplos aplican en lo individual, y también en conjuntos) :

• No la hacemos para nada en especial, pero creemos que si (por ejemplo para los deportes).
• Nos encanta hacer los jales a la "¡Viva México cabrones!".
  
• Los triunfos son de todos y las derrotas del pobre güey que le tocó participar.
• Todo se nos antoja, y eso si; si lo tenemos es chingón, si no, es una pendejada.
• La culpa de todo es de alguien más, y se lo vamos a hacer saber a todo el mundo... mhhh... menos a dicho alguien más.
• Si alguien tiene éxito, seguramente es por tranza. Si nosotros tenemos éxito, es porque "somos bien chingones".
  
• "Hágase la voluntad de Dios, en las mulas de mi compadre"
  
• Tenemos el gobierno que nos merecemos: débil, corrupto, inútil y torpe. Pero eso si, no podemos dejar de pedirle que nos resuelva nuestros problemas.
• Si el gobierno no puede resolvernos nuestros apuros, siempre queda Diosito y la Virgencita de Guadalupe para echarse la carga.
  
• Somos flojos, ignorantes, nacos y pobres, y lo podemos aceptar por nuestra cuenta, pero odiamos que alguien más nos lo diga, sobre todo, si lo hace constructivamente.
• "Me vale madres"
  
• Nos encanta vivir en la fantasía de que las cosas son diferentes a como son: la ruta escapista del eterno derrotado.
  

A pesar de ello, y con todo que lo mencionado no es sino la punta del iceberg de nuestros defectos, también tenemos un par de cuestines positivas a nuestro favor:

• Somos bien creativos, y tenemos infinidad de modos prácticos de resolver problemas (lo que uno hace con tal de trabajar menos).
• El optimismo, y la fe en el prójimo siempre nos han caracterizado (aunque frecuentemente exageramos).
• Generosidad.
• Cuando la necesidad se presenta, somos chambeadores y comprometidos, hasta el último esfuerzo.
  
• "Me vale madres".
• Hemos ido, dolorosamente madurando muy, muy despacito hacia la participación y la democracia. Aún con nuestra corta memoria histórica, hoy estamos poquito mejor que en el pasado, así que existen esperanzas de que el futuro, aunque lejano sea mejor.
  
• Shiale, son menos virtudes que defectos.
  

Símbolo eterno de esta dualidad que nos ubica permanentemente entre la tragedia y la farsa son esos actores cómicos que nos han retratado en el cine, plasmando nuestros rostros alegres y tristes, eufóricos y desesperados, tramposos y benevolentes, robando pequeños triunfos después de desastrosos fracasos. Grande es la lista para contarlos a todos, pero aquí les dejo a los 4 que yo considero son el Top: los más acertados retratos de algunas facetas de esa historia llamada "La Comedia de ser Mexicano":

Mario Moreno Reyes "Cantinflas": El más famoso, incluso internacionalmente, de los cómicos mexicanos. Amo del sketch verboso, el cual ha aportado su propio verbo a la lengua vernácula. Su particular impostura física y el estilo pícaro de sus personajes es inconfundible. Critícado como creador de clichés, quizás tenga en el trabajo oficialista su punto más bajo, dedicado a forjar una imagen de México estilo monografía del "Sun Rise". Su época más memobrable se remonta al cine en blanco y negro, en particular ese monólogo definitivo, durante la escena del juzgado, en la comedia seminal "Ahí está el Detalle". Su personaje del famoso "peladito", representa al mexicano en su estilo más valemadrista y despistado, a aquel que está a la buena de Dios, esperando a que por destino o mera suerte se resuelvan todos sus problemas, y evitando siempre, encarar una responsabilidad mayor que la necesaria, al menos mientras no haya otra alternativa.


Germán Valdéz "Tin Tan": El mayor (y sin duda, más talentoso) de los carnales Valdéz es considerado por muchos un ícono digno de ser entronizado como el Rey de los comediantes. Su expresividad facial, simpatía natural y ligereza de pies (tanto en el baile como en la huída), le han ganado el corazón a generación tras generación. Él es el ícono del mexicano urbano por excelencia: streetwise y lleno de mañas y artimañas. Sus personajes, confiados y petulantes, con frecuencia se ven desarmados por su propia incompetencia. El éxito de sus empresas, su casi inevitable triunfo en ellas es dado más por una suerte inacabable y por la casualidad que por pura habilidad. Simpático y amable, aún en sus momentos más descarados tiene tiempo de ponerse la mano en el corazón para ayudar a quién lo necesita. Sin duda, Tin Tan es el claro ejemplo un héroe accidental, pero un héroe siempre, al fin y al cabo.

Eulalio González "Piporro": Fuerte, decidido y varonil, el norteñísimo Piporro es capaz de conseguir lo que busca a toda costa. Pero este galán comico pasa de la fuerza bruta del macho-charro cinematográfico. Para él, la infinita labia, el ingenio y la oprtunidad son la mejor herramienta. Sus discursos son la antítesis de aquellos de Cantinflas, pues cada palabra tiene un bien pensado sentido. Cuando no queda otro recurso, unos tres balazos bien colocados son la opción. Picaros y aventados, pero siempre precavidos, los personajes Lalo González aman a las mujeres y a la libertad, pero jamás rehuyen el trabajo duro, o la oportunidad de ayudar a quién lo necesite. Su naturaleza refleja algunas de las características que más apreciamos en un varón mexicano: nobleza, coraje, diligencia e inteligencia.

Antonio Espino "Clavillazo": Este actor es, de todo el grupo, el que considero mi favorito. ¿Porqué? Creo que es el más complejo y profundo de los cuatro en sus interpretaciones. Racionalmente urbano, Clavillazo encarna al anti-héroe mexicano. La antítesis de Tin Tan, los personajes de Espino carecen de buena suerte. Enfrentados con la necesidad, sus nobles y bien intencionados personajes se ven obligados a trabajar duro y hacer circo, maroma y teatro para obtener su triunfo, aún contra las más grandes adversidades. Sin embargo, rara vez su triunfo es total. Como anti-héroe, Clavillazo se ve obligado a obtener para los demás a través de la pérdida propia, y aunque con frecuencia lo vemos regodeandose en la alegría de dar, siempre nos quedamos con la sensación de que lo que obtuvo fue muy poquíto. Así fue como se ganó su lugar, como tantos mexicanos cada día: sacrificando todo, para obtener lo mejor posible, aunque no siempre se logre disfrutar. Nomaaaaaaaasssss!

Cada uno tendremos nuestra propio ícono de mexicanidad, o diferentes favoritos como cómicos, pero creo que siempre disfgrutaremos de ese sabor especial que nos transmitieron, ese sabor único, picante y amargo, que representa "ser mexicano". Y ya para despedirme, los dejo con la reflexión del poeta urbano Chava Flores: ¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano? / ¿a hacerte rico en loterías con un millón? / Mejor trabaja, ya levántate temprano / con sueños de opio sólo pierdes el camión. De rancho.