Este asunto lo he discutido, en varias ocasiones con personas de ambos sexos, y he encontrado generalmente, entre los varones, una respuesta negativa. A la mayoría de los hombres con los cuales lo he debatido no les gusta practicar el sexo oral con las mujeres, es decir no les gusta "hacer un guagüis", "bajarse a los chescos", "give head", "cunnilingüis" o como quiera que gusten nombrarlo.

No existe contacto más íntimo, ni caricia más profunda que aquella que se realiza con nuestra boca, lengua y labios, que son algunas de las partes más sensitivas y super - controladas de nuestra anatomía, sobre el sexo de nuestra compañera, de su físico, la parte más sensible, más personal.

El beso más intenso que aquel que se produce cuando susurramos a la intimidad de una mujer, nos empapamos de su perfume y acariciamos sus suaves labios; chupamos de su tejido eréctil y penetramos con nuestra lengua en su interior.

Estas caricias son la plataforma de lanzamiento para la exploración bucal de cada parte de su cuerpo: sus dedos gordos, sus rodillas, su pezones, sus axilas, sus manos y por supuesto, su ombligo. Y coronando esta aventura su rostro, su cabello, ojos, oidos y la fuente inagotable de sus labios y lengua. Habiendo ya comulgado en este cáliz, ningún otro licor nos volverá a calmar la sed.

Sé de primera mano que el sexo oral les causa a las mujeres toda clase de sensaciones, desde la ansiedad por el contacto y una infinita curiosidad, pasando por la pena, hasta el asco y la desesperación. Cada persona es un universo diferente de sensaciones y reacciones, y cada tenemos percepciones diferentes acerca de nuestro cuerpo y nuestra sexualidad. Sin embargo, yo invito a aquellas personas que encuentran difícil entregarse a prácticas como esta, a que lo intenten con ganas, y a que descubran, que una vez pagando este tributo, se verán recompensados con creces.

Las relaciones sexuales, como los más avezados en este arte lo entienden bien, no se trata sólo de estar "trepado en el guayabo" la mayor cantidad de tiempo posible; la calidad es más importante que la cantidad (aunque MUCHO SEXO es algo a quien nadie debe de hacerle el feo). Y la calidad está determinada por usar la cabeza, ponerle imaginación y variedad al asunto. Experimentar sensaciones nuevas, cosas inéditas, abrirnos a otras experiencias, así como invitar a nuestras partners a recibir ideas desconocidas son una parte importante del sexo exitoso y más satisfactorio.

Creo que no debemos olvidar que el sexo es una de las cosas más importantes en la vida, y nuestra capacidad de disfrutarlo es una de las cosas que hacen maravillosa y única la experiencia humana.

Finalmente, a manera de epílogo recordemos que "La lengua es un organo sexual que algunos degenerados utilizan para hablar".