“Hablar de las imprescindibles es hablar del sol en el invierno, de la lluvia en la sequía, pues son las cosas que se desean, se necesita, y a pesar de que no siempre se consiguen se tiene la esperanza de que algún día llegarán…”

Existen personas que de alguna manera dejan huella en nosotros, que a pesar de la distancia (ya sea física o emocional) siempre están allí, su solo recuerdo reconforta nuestro ser y lo llena de paz, a pesar de las tempestades que nos acosen día a día.

Hay personas que pasan por el mundo creyendo que son solo un sueño, una falacia mental que daba aliciente para seguir, pero cual fue mi sorpresa que el crujir de un vestido me haya causado tal atención, que exalto mi admiración y hasta solté un relinchido!!! Al verla me gusto, pero al escucharla sentí que su ausencia me dolería por siempre.

Ahora, con la soledad como fiel compañera, la tristeza como almohada y su recuerdo como cobija, vienen a mi mente sus ojos a los que contemple como un niño las estrellas tantas veces, sus manos que siempre desee estrechar entre las mías, y finalmente su sonrisa, bello collar con el cual se adornaba su alma. Y al evocar tanto recuerdo me acosa el ferviente deseo de poder verla, abrazarla y decirle al oído tal vez de forma mas desordenada lo que he escrito aquí cuan importante es ella para mi, y finalmente decirle que en mi vida ella simple y sencillamente es alguien imprescindible…