The Goal (Eliyahu M. Goldratt): Este libro es una novela. Si, en serio. Una novela que el autor utiliza para explicar un concepto fundamental de negocios. La novela está ridículamente mal escrita y podría ser considerada como una burla, si no es porque resulta particularmente exitosa en su intento de introducir al lector en algunos de los vericuetos de la Teoría de Restricciones (TOC). Definitivamente un libro como este no contiene espacio suficiente para extenderse comodamente en el mundo de la TOC, sin embargo, si lo suficiente para hacerle entender al lector la importancia de esta teoría en el mundo industrial. También en la ingeniería de software. En fin. Un libro ridículo para un fin muy alto. Y lo peor es que consigue lo que busca.


Rich dad, poor dad (Robert T. Kiyosaki): Un libro de estas características se encuentra usualmente en la secciones de la librería del Vips o del Sanborns dedicadas a los libracos de autoayuda o de superación personal. Horror. De allí habría suficiente para despreciarla de entrada. Sin embargo, y haciendo un esfuerzo sobrehumano, uno puede navegar en sus páginas para descubrir que detrás de esta horrible fachada, el libro esconde un poderoso secreto: una guía para el hombre de la calle sobre como enteneder las finanzas y el funcionamiento del dinero. Ambiciosos, si; pero razonablemente bien explicado y muy explicito en algunas de las razones que separan a la gente pobre de la gente rica. Una lectura obligada para aquellos que ambicionan salir de la miseria.


Harry Potter & the Sorcerer's Stone (J.K. Rowling): Leí el primer libro de Potter por mera curiosidad. Los volúmenes de su colección se amontonaban en los estantes de las librerías y yo no sabía porqué. En esos días no había Wikipedia para salir de la duda. Así que lo conseguí y lo leí. Bien, fue horrible. Entonces porqué está en esta lista: dos motivos principalemente. 1) Descubrí que malos son los libros de esta colección, con personajes simplones, miles de clichés robados de otras obras de fantasía y mundos superficiales, sin complejidad narrativa. Eso sin mencionar la prosa pedestre (no importa si la lee uno en inglés o en español). Además los libros están llenos de paja, que te ayuda a navegar entre una y otra situación moderadamente interesante. Umberto Eco los calificaría como libros "pornográficos". Descubrir esto me ha ayudado a sobrevivir a la horda de fans de la que estoy constantemente rodeado, y a mantener a raya sus absurdos argumentos sobre el mérito de esta saga. 2) Descubrí que las películas de H. Potter son una rara excepción donde en general la película es mejor que el libro (no un gran mérito de todos modos), y eso me permitió disfrutar las instancias cinematográficas, siempre y cuando, claro, dejara mi cerebro en el guardarropa de los cines.


Night's Master (Tanith Lee): Los libros de Lee son bien fáciles de identificar: sobre escritos, rebuscados, pretenciosos y no particularmente imaginativos. Son el equivalente en la literatura fantástica del glam rock. Hace poco tiempo intenté redescubrir este libro, tratando de recordar la grata impresión que me causó cuando por primera vez lo conocí siendo un puberto. La verdad lo encontré simplemente ilegible. Y sin embargo, la impresión inicial que me causó fue suficiente para lanzarme de cabeza en el genero de la ficción fantástica, en aquella época, particularmente en el de la fantasía heróica. Eso si, los libros de Tanith Lee están cargados de escenas sexuales, lo cual recuerdo bien era bastante motivador en mis años mozos. Eso seguramente también me convirtió en un mejor lector.


Cien años de soledad (Gabriel García Márquez): Aceptémoslo, Gabo es el escritor más sobrevaluado de América Latina (Aunque al menos, es mejor que C. Fuentes). Sus libros son frecuentemente, pesadillas de interminable cantidad de capítulos, rebuscados y frecuentemente ilegibles en su propia maraña. Sin embargo, y aunque Cien años es más que nada un estandarte de épocas pasadas (del "Boom" y del "Realismo Mágico", tan agotados ya), la novela tiene un cierto vigor, que no puede ser dejado a un lado. Este es un libro que pide ser leído, al menos por el hecho de poder decirle a todo el mundo que ya lo leímos. Y sin embargo, al menos para mi, fue una experiencia completamente satisfactoria. No tengo justificantes. Simplemente el libro me pudo. Estoy tentado a leerlo de nuevo, aunque no tengo mucho tiempo, dado el montón de cosas que aún debo de leer, a ver si no estaba yo tan equivocado.





Viejo, los libros que están en la lista, que tú me recomendaste sí los leí por tu culpa... de hecho tengo tu copia de La Meta, por si la estás buscando. Abur.