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Rodeo

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Ayer pasaron el incidente aquel de "Pajarito" en la tele: un toro bravo que se subió a los tendidos en la Plaza de Toros México. La cosa me pareció de lo mas triste, pues es obvio que el animal está asustado a muerte (igual que los expectadores que salen volando para todos lados), y después de quedar atorado en unos asientos es apuntillado por alguno de los matadores presentes. Ese asunto de los Toros antes me parecía atractivo, por su estética y leyenda asociadas, así como por el porte y desdén por la muerte que los toreros demuestran; sin embargo, me parece excesiva la crueldad empleada contra el toro y además muy desigual la confrontación, con el toro herido, disminuído y acosado por un montón de gentes (armadas) y caballos. Como dijo el conocido monero Rius: Las corridas son un enfrentamiento entre tres animales: el toro, el torero y el público.

Por otro lado tenemos el Rodeo, a quienes muchas personas acusan de cruel y violento deporte, donde también se abusa de los animales; eso sin mencionar las connotaciones machistas que trae arrastrando. Sin embargo, si lo ponemos en perspectiva, veremos que hay varias diferencias obvias: primero, los toros, potros y yeguas que participan, no son asesinados durante la contienda; quizás algunos de ellos sean disminuídos pero en general no pasa así. Además, los vaqueros que los montan, no están armados con espadas de acero y una vez arriba, están a merced del animal. El rodeo, al igual que la charrería, evolucionaron de las faenas diarías del campo; de tareas cotidianas que están intimamente relacionadas con mucha de la comida que consumimos.

Me gusta el Rodeo. Una vez participé en uno, y también he tenido mi dosis de jaripeos de rancho. El "pequeño" becerro de aquella vez pesaba 600 kg y por supuesto me puso una revolcada y una correteada de aquellas. También me gusta verlo en la tele, aunque frecuentemente los competidores se llevan golpizas espectaculares y algunos resultados pueden ser sangrientos. Pero también el rodeo es un reto para la fuerza y habilidad del vaquero.

De hecho, meditando sobre algunas situaciones que se enfrentan en la vida, cuyos devenires no nos gustan, encontré algunas similitues con la forma en que un buen vaquero enfrente a los animales del rodeo: se que parece un poco jalado de los pelos, pero dejenme argumento mi punto.

Cuando me estaba entrenando para el rodeo, mis instructores, en dos diferentes etapas de ardua preparación (el tambo suspendido por cámaras de llanta, y un caballo real), me explicaron que era inútil resistir el movimiento del animal, es decir, ponerse "duro" y aguantar, pues el animal nos mandraía volando hasta otro código postal. El chiste es hacer lo que el mítico arbusto de las parabolas de artes marciales (el judo y el aikido, principalmente): si el viento arrecia, hay que dejarse llevar con él, inclinandose y adaptandose; resistir significa morir.

Es decir, a veces las situaciones de la vida se ponen como un potro de rodeo: bronco y enojado. Cosas que no nos gustan nos hacen reparar para un lado y para otro, poniendo al límite nuestras habilidades. Es un paseo agitado que no todos están para resolver. Un vaquero inexperto hará lo posible por someter al animal, ejerciendo fuerza sobre sus amarres y con sus piernas, para resistir arriba e incluso romperlo: pero generalmente está destinado al fracaso. Un vaquero experto, por otro lado, aguantará el movimiento, dejándose llevar, y usando su equilibrio y concentración para anticipar los devenires del bronco. Si se cae, volverá a trepar al animal, y repetirá la dosis: si el objetivo es la doma, el animal tarde o temprano se romperá.

Quizás es una analogía poco común, pero creo que es cierta: hay situaciones que enfrentamos, que no tenemos oportunidad de ganarlas por la fuerza bruta o por puro ejercicio de obstinación. Debemos aceptar las cosas como son y con habilidad adaptarnos a la dirección del movimiento, aunque no nos guste y se sienta muy feo. Pero si persistimos y somos suficientemente hábiles, tenemos posibilidad de vencer.

Otra cosa buena del Rodeo es que ha servido de inspiración para montones y montones de simpáticas canciones country (no puedo decir que sea la música más elevada del mundo, pero si es muy divertida). De rayo.

Well, it’s bulls and blood
It’s dust and mud
It’s the roar of a sunday crowd
It’s the white in his knuckles
The gold in the buckle
He’ll win the next go ’round
It’s boots and chaps
It’s cowboy hats
It’s spurs and latigo
It’s the ropes and the reins
And the joy and the pain
And they call the thing rodeo.
It’s the broncs and the blood
It’s the steers and the mud
And they call the thing rodeo

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3 Responses to "Rodeo"

  1. El Pelois Says:
  2. Así es K, solo hay que sentir al animal (y a la vida) y que pasen los 8 segundos, y si el suelo llega primero, hay que levantarse, sacudirse el polvo y esperar al siguiente. ETSITO COMPA!!

    Ademas sabes que siempre hay un cuate pa ayudarte a quitar el toro sino puedes solo.
  3. Tryno Says:
  4. Éjele, desde que vieron esa película de Brokeback Mountain todos andan muy sospechosos con el tema de los vaqueritos, comenzando por el Horse y obviamente el Roki. Ja. De rato.
  5. Anonymous Says:
  6. Estoy gratamente sorprendido de leer a alguien que entiende el simbolismo del Rodeo.

    En Freud, el vaquero es como el "yo" que cabalga sobre las duras leyes (superyo) y las poderosas fuerzas naturales del individuo(ello) integrandolo en un ser humano.

    ¡Ese es el pire!

    Rokyi