Bien...

Perdí mi pelea, y con ella se fue también el Campeonato Estatal de la categoría.

Mis compañeros aseguraron que me robaron la pelea: que los jueces se vieron tendenciosos, que estaban volteados para otro lado. La decisión de los jueces estuvo dividida: no debo de haber peleado tan mal. Un compa me dijo que echarle la culpa a los jueces es la marca de los malos deportistas. Sin embargo la calificaciones "cuestinables" estuvieron presentes a lo largo de todo el día, y en algunos casos la parcialidad mostrada por los jueces, en contra de los peleadores provenientes de mi gimnasio era tan obvia que rayaba en lo cómico; quizás otros rieron, mi profesor y mis compañeros, junto a mi, no lo hicimos: ya en otras ocasiones se ha notado que nuestra escuela no pertenece al círculo que maneja los asuntos del Limalama y Kick Boxing en nuestro estado: somos los excluidos, los marginales... excelente, es la historia de nuestas vidas, y jamás me avergonzaré de pertenecer a la minoría, a los que no se venden o ceden a la adulación y al borreguismo (que curioso sustantivo acabo de sacar): quiénes deberían de avergonzarse son los jueces y directivos del medio, que como tantos y tantos en nuestro país se dejan llevar por la envidía y el celo profesional mal guiado, negando el trabajo de otros antes de reconocer que es superior al propio.

Me sabe mal por muchos de mis compañeros que dieron buenas peleas y merecían ganar. Por mi parte, me faltó fuerza, concentración y contundencia: mi preparación hacia este evento fue deficiente, y sólo por causa mía: ni los jueces, ni el peleador con quién me enfrenté tuvieron culpa alguna de ello. Así que no puedo echarle la culpa a los jueces... y sin embargo:
MALDITOS JUECES OJETES!!!!